El traductor jurídico trabaja con documentos de carácter legal que, en ocasiones, deberán tener efectos legales en otro país. Por eso, debe dominar el idioma y del contexto legal.
El inglés encabeza el ranking mundial de los idiomas más hablados este año, con 1.130 millones de hablantes, seguido del chino y el hindi. El español está en cuarto lugar.
El ranking de las lenguas más complicadas para traducir, según la UNESCO, está encabezado por el chino, seguido del griego y el árabe.