Halloween

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Cuando las traducciones dan más miedo que Halloween

Halloween llega cada año con una gran dosis de sustos: disfraces terroríficos, calabazas que despiertan temor y películas de miedo a todas horas. Sin embargo, hay algo que puede provocar todavía más escalofríos que una casa embrujada… una mala traducción.

Son textos que te hacen pensar si de verdad alguien pudo haberlos aprobado. Un error de interpretación, una palabra mal elegida o una traducción literal pueden convertir un mensaje claro en un auténtico monstruo lingüístico. Y lo peor es que, al igual que en Halloween, muchas veces el terror aparece cuando menos lo esperas.

Imagina leer un eslogan que no tiene sentido en español, tener que firmar un contrato que da lugar a varias interpretaciones o leer instrucciones imposibles de entender. Eso sí que da miedo.

Y si bien son problemas que no se arreglan con una varita mágica o una pócima, sí existe un modo de evitarlos y es recurriendo a la ayuda de los profesionales de la traducción. Porque traducir no es solo pasar palabras de un idioma a otro; es entender el contexto, el tono y la intención. Es evitar que un texto pierda su alma y acabe convertido en un engendro lingüístico.

A qué nos enfrentamos

Tipos de errores de traducción: los errores de traducción pueden tener consecuencias económicas y reputacionales, entre otras. Entre los más frecuentes, se encuentran:

  • Traducción errónea: se produce cuando una palabra o frase se traduce de forma inexacta. Puede ser consecuencia de la lectura incorrecta del contenido original o la falta de conocimiento sobre el tema. Por ejemplo, en textos técnicos, jurídicos o médicos, un término mal traducido puede alterar completamente el sentido del mensaje o incluso traer consecuencias legales o sanitarias. Para evitarlo, es fundamental que el traductor consulte fuentes fiables y mantenga un diálogo constante con el cliente o autor del texto.
  • Omisiones: se producen cuando quien traduce omite información importante. Aunque en algunos casos se recurre a la omisión para lograr un estilo más natural en el idioma de llegada, su uso indebido puede distorsionar el mensaje original o empobrecer el contenido. Las omisiones afectan especialmente a textos literarios o publicitarios, donde cada matiz tiene un peso específico. Un buen control de calidad y una revisión detallada ayudan a garantizar que el texto traducido conserve toda la información esencial.
  • Diferencias culturales: pueden provocar errores de traducción, especialmente cuando se traducen frases hechas y coloquialismos. Es imprescindible conocer el trasfondo cultural y las particularidades del público objetivo, lo que permitirá transmitir con precisión el significado deseado de un texto. Por ello, el traductor debe tener una profunda comprensión de las dos culturas implicadas —la de origen y la de destino— y adaptar el mensaje para que resulte comprensible, natural y pertinente para el público.
  • Errores tipográficos y gramaticales: son errores que pueden pasarse por alto con facilidad durante la traducción, especialmente si el traductor no está especializado en una de las combinaciones de idiomas. Con estos errores, el traductor pierde credibilidad y puede perjudicar su imagen. A menudo son consecuencia de la falta de revisión o de la presión por entregar el trabajo en plazos muy ajustados. El uso de herramientas de control ortográfico, así como la revisión manual por parte del propio traductor o de un corrector externo, son pasos indispensables para garantizar un resultado profesional.
  • Ausencia de validación: la validación es esencial para garantizar que el contenido final sea preciso y carezca de errores antes de su publicación. Consiste en comprobar la coherencia, la terminología, el formato y la adecuación del tono al público de destino. En proyectos multilingües o especializados, esta tarea suele realizarla un segundo lingüista o un revisor, lo que aporta otra etapa de control de calidad. Pasar este paso por alto puede dar lugar a errores evitables que afecten a la reputación tanto del traductor como del cliente.

Traducciones mal hechas: los errores antes mencionados o una combinación de ellos en definitiva dan lugar a traducciones erróneas. En algunos sectores, una mala traducción puede llegar a desencadenar situaciones de extrema gravedad. Es lo que ocurre, por ejemplo, en la industria médica y farmacéutica, donde un error puede ser la diferencia entre la vida y la muerte de un paciente, empeorar una afección médica o dar lugar a la aplicación de una medicación o tratamiento incorrectos.

Los sustos tienen remedio

Por suerte, a diferencia de los monstruos de las películas, las malas traducciones sí tienen solución; basta con seguir algunas buenas prácticas:

  1. Confiar en traductores profesionales. Aunque la tentación de usar traductores automáticos o encargárselo “a alguien que sabe inglés” sea grande, no hay nada como el criterio humano. Un traductor profesional entiende los matices, el tono y el contexto. Se ha preparado y capacitado para traducir. Se mantiene al tanto de las actualizaciones. Se ha especializado en las materias correspondientes y tiene amplio conocimiento de los idiomas de origen y de destino.
  2. Revisar y volver a revisar. Toda traducción requiere de una segunda lectura. A veces el propio traductor pasa por alto un detalle o una incoherencia. La revisión lingüística y de estilo es otro de los pasos obligados en toda traducción profesional.
  3. No traducir fuera de contexto. Una frase aislada puede parecer inofensiva hasta que descubrimos que su sentido era completamente otro. Proporcionar al traductor toda la información posible (público, tono, uso, formato) evita sustos y errores innecesarios. Y si el cliente no brinda dicha información, será tarea del traductor obtener todos los antecedentes e información necesarios para lograr un producto final de calidad.
  4. Apostar por la localización. Traducir no es solo pasar palabras de un idioma a otro; es adaptarlas a una cultura. Una buena localización hace que el texto suene natural y cercano, sin que el lector note que proviene de otro idioma.

Cómo detectar una traducción con errores

La mejor forma de evitar errores de traducción es recurriendo a profesionales en la materia. El equipo de Najual Traductores & Intérpretes está formado por una extensa red de profesionales nativos en la lengua a la cual traducen. Este factor garantiza una mayor fidelidad del texto original.

Estamos especializados en traducciones en diversos campos técnicos, entre los que destacan la ingeniería del transporte, patentes y textos de propiedad intelectual, así como jurídico-administrativos, comerciales o científicos.

Que el miedo no te gane

Halloween está para pasarlo bien, no para temblar ante un texto mal traducido. La buena noticia es que, con un poco de cuidado y la colaboración de profesionales cualificados, podemos encontrar la solución a este problema.

Mientras preparas tu disfraz y tus ganas de divertirte, recuerda que los fantasmas del idioma solo asustan si los dejas salir. Una buena traducción es la mejor forma de derrotarlos.

Este Halloween, no olvides que en Najual Traductores & Intérpretes, estamos para ayudarte. Elegir el socio lingüístico adecuado marca la diferencia.